lunes, 14 de junio de 2010

Vendí un mal recuerdo.

A las doce del mediodía
mientras tu cara de ansias se llenaba,
cambié tu sonrisa por una historia
una historia por pan rancio.

Vendí tres horas de dolor
en tres párrafos amargos
frente mío, mientras leías
tus ojos estaban sangrando.

De nada sirve no verte,
no oirte, si siento desde adentro
tu corazón quebrarse al paso de los versos,
coloqué fantasmas de él en tus recuerdos.

Una fila innumerable de verdades
Palpando la desnudes de mis dolores,
pero dime tú qué querías con tal cosa
¿Mantener un mal recuerdo en tu memoria?

Vendí un mal recuerdo
lo cambié por un pan rancio
regalé mis verdades, amargas como el vino
y así me recibiste, con una historia.
Estoy más que agradecida.

5 comentarios:

  1. muy bueno me gusto, ya estamos en prosa :D y muy directo el mensaje me gusto la ritmica pero falta manejo en los versos pares.

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  2. Alguna vez lei que la vida es como un piano, las teclas blncas son los buenos momentos y las negras los tristes. Pero recuerda que ambas teclas se tocan juntas para sacar el dulce sonido de la vida

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  3. me gusto mucho...seria interesante escucharlo de ti..el tono, la caida de voz.. yo soy muy bueno leyendo esto :)

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  4. Buen post! me encantan los mensajes de tus ultimas entradas... tan intímos, pero tan universales, todos hemos tenido ese día en que nos cansamos de dar vultas en la tristeza y revolcarnos en el dolor. Nos damos cuenta que es mejor despertar :)

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