viernes, 18 de junio de 2010

Solo las hay.

Hay cosas terribles en la vida y una de ellas es olvidar un amigo y ser olvidado.

Hay cosas terribles y maravillosas como perder una madre y recibir un nuevo hijo.

Hay cosas tan maravillosas como no tener la necesidad de orar para que salga el sol al día siguiente.

Y a veces resulta que terminamos disfrutando situaciones incómodas porque de verdad lo sentimos.

Es terrible perder las llaves del carro.
Es terrible ensuciarte la ropa blanca.
Es terrible no tener un techo bajo el cual dormir.
Amanecer ciego.
Ahogarse en llanto.
Perder la perspectiva, eso es terrible.

Caminar y dibujar con tus dedos el borde del pasamanos, la silueta de los árboles, la forma de sus manos, las manos de él/ella, las manos de tu hermano (a). Eso es maravilloso.

Y lo más lindo es recibir un algo que te alegra sin condición. Ese "algo" que no esperabas, pero que está ahí para alegrarte, eso es maravilloso.

Agradecer, muchas veces olvidamos eso. Es maravilloso recibir un "gracias" en una sonrisa, en un beso, en una mirada. Es maravilloso entregar una sonrisa indescriptible mientras decimos gracias. Por este día. Por esta comida. Por encontrar las llaves. Por mis manos.

Pero hay algo más maravilloso que eso. Sentir.





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