martes, 29 de junio de 2010

Tú.

Quiero vestirte de tonos cálidos.

Quiero pintar la luna del color de las estrellas, de todas ellas, la más bella.

Quiero saber a qué saben tus manos acariciando la noche bajo la fogata, ahora fría.

Cerrar los ojos y vender el alma a la humanidad que la destruye.

Cerrar los ojos y regalar el alma a tus pasos tembloros que vuelan en un avismo.

Callar y oir tu aliento por pedacitos.

Entrar a tu pecho y robarme algo que nunca ha sido tuyo.

Cavar los túneles que llevan al cielo, robar un recuerdo que posa en la aurora.

Permitéme vestirte de tonos cálidos, un atardecer en la playa, mil litros de sangre y una cascada de lágrimas.

Respira, mira tú... Mi sombra se ha ido de mí.

Rodearon tu rostro los reflejos...

De todos ellos, el más bello.

martes, 22 de junio de 2010

Siempre estamos solos.


"Yo quiero llorar a veces furiosamente
por no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo."
Jaime Sabines.


El amor es perdernos;
estar solos,
solos sin nosotros mismos;
es robarnos al otro
y protegernos la espalda para que no nos
hagan lo mismo.

El amor es ser huésped en otro,
servir de refugio a otro,
es invasión de privacía;
por eso la culpa, la vergüenza,
el regocijo propio.

El amor es callar,
es la palabra que grita el mudo en el oído del
sordo,
el paisaje que miran los ciegos,
es la sombra que alumbra las sombras,
la piedra empujando al viento,
la fogata encendida en la corriente del río.

El amor es el sentido, no el sexto, ni el
séptimo, es el sentido;
el único, el más confuso, el más vivo.

El amor teje alas que se estrellan en los
techos y se van,
se van volando rotas.

Es nada, el amor es nada, ni siquiera
eso. Es nada.

El amor no completa, quita;
por eso la búsqueda insaciable,
la que no encuentra,
por eso la necesidad, los celos, la rabia.
El amor es estarse acabando el uno al otro como se acaba el mar,
por eso los besos contra la pared,
por eso el llanto sin sal, sin agua,
ese llanto seco que golpea en la garganta.

El amor es buscarnos donde nos
abandonamos: en el otro. Por eso
huimos, corremos,
nos vamos como ciegos en medio de un
desierto de gritos.
El amor es soledad. Ante todo es soledad,
porque estamos sin nosotros mismos;
es soledad poblada por voces ajenas,
por secretos que no nos pertenecen.

¡Recoger ternura hasta que se nos
doblan las manos, eso es el amor!
¡No existe el amor,
por eso creemos en él!

No hay nada detrás del amor,
por eso es inútil cavar con caricias en su
cuerpo.
No hay nada,
sólo queda la mecedora del recuerdo y el
olvido,
los ojos abiertos de la viudez,
un insomnio,
un alma tuerta,
un corazón cojo,
y la búsqueda final por nuestra soledad,
la otra, la que perdimos,
la que ofrecimos por amor al otro,
la que regalamos,
hasta que vuelve acompañada de ese llanto
caudaloso,
de agua, de sal, de hielo, de cascada libre;
ese llanto que se hace en los que están
acompañados de sí mismos,
sin amor, sin el otro,
¡solos!


Ricardo Dávila Díaz Flores

viernes, 18 de junio de 2010

Solo las hay.

Hay cosas terribles en la vida y una de ellas es olvidar un amigo y ser olvidado.

Hay cosas terribles y maravillosas como perder una madre y recibir un nuevo hijo.

Hay cosas tan maravillosas como no tener la necesidad de orar para que salga el sol al día siguiente.

Y a veces resulta que terminamos disfrutando situaciones incómodas porque de verdad lo sentimos.

Es terrible perder las llaves del carro.
Es terrible ensuciarte la ropa blanca.
Es terrible no tener un techo bajo el cual dormir.
Amanecer ciego.
Ahogarse en llanto.
Perder la perspectiva, eso es terrible.

Caminar y dibujar con tus dedos el borde del pasamanos, la silueta de los árboles, la forma de sus manos, las manos de él/ella, las manos de tu hermano (a). Eso es maravilloso.

Y lo más lindo es recibir un algo que te alegra sin condición. Ese "algo" que no esperabas, pero que está ahí para alegrarte, eso es maravilloso.

Agradecer, muchas veces olvidamos eso. Es maravilloso recibir un "gracias" en una sonrisa, en un beso, en una mirada. Es maravilloso entregar una sonrisa indescriptible mientras decimos gracias. Por este día. Por esta comida. Por encontrar las llaves. Por mis manos.

Pero hay algo más maravilloso que eso. Sentir.





miércoles, 16 de junio de 2010

Me aburrí del gris del cielo.

Me cansé de esta misma matiz.

Hoy en la oscuridad de mi habitación, lugar que a las 5 de la tarde aún debería tener luz, reinó la espantosa idea de un sepelio ¿Por qué? El cielo estaba colmado por nubes grises, diágnostico de lluvia, pero peor aún; no llovió. Imaginense la perfección de la escena, resaltando el color de las coronas y el marrón del ataud contrastado por trajes negros y rostros lúgrubes.
Me aburrí de esa escena.

Con la tristeza que representaba el cielo, se respira en el ambiente y se marca en las situaciones que viví hoy, el significado del día 16, las llamadas de discución, imaginense en qué lugar del armario habré guardado el ánimo.
Me cansé de mi armario.

A pesar de todo, se me salieron un par de sonrisas, me distraje leyendo, mantuve mi mente ocupada y recordé que ayer algo me decía que este día tendría algo diferente, ese "no sé qué". Si hay algo que me gusta son las sorpresas pero no todo llega a las manos de uno, muchas veces toca buscarlo, y lo encontré, en un buen lugar. Entonces, me dediqué a escuchar: Todas las cosas tienen una razón de ser y la culpa no es de terceros, no es de Dios, no es del diablo, no es del vecino, ni de mis padres, ni del gris del cielo. Todo se enfrasca en mí y como yo me siento, de esa manera crearé mis propios problemas y de esa misma manera podré o no resolverlos.
Aburrida de mí no estoy.

¿Saben qué aprendí hoy? Que a veces, cuando nos volvemos religiosos creemos que Dios es empleado nuestro, lo culpamos de la razón de ser de nuestros días, esperamos que haga lo que le pidamos, esperamos que nos cambie el mal humor. Pero el que no lo es, quien no es religioso, sabe que Dios no trabaja para él y allí es cuando comienza a actuar, por eso contrastamos la felicidad de otros con la tristeza de nosotros mismos.

Yo no sé ustedes, pero yo tengo un motivo por el cual sonreir hoy. El día se mantendrá gris si quiere, sin embargo yo utilizaré un pincel de colores para pintarme la cara. Los problemas no han desaparecido, pero adquiero una actitud correspondiente para encararlos, nadie los resolverá por mí. Aprendemos, lo sé, acerca de todo y de vivir, "si quieres mantener los mismos zapatos, deberías dejar de caminar para conservarlos", entonces no se trata de detenerse, ni de buscar un culpable, (los zapatos se acabarán y mientras tanto disfrutaras de ellos) todo se trata de seguir y de contrastar ese gris.

Es de humanos errar, pero las derrotas no son para vivir en ellas y un día gris no será para siempre.

lunes, 14 de junio de 2010

Vendí un mal recuerdo.

A las doce del mediodía
mientras tu cara de ansias se llenaba,
cambié tu sonrisa por una historia
una historia por pan rancio.

Vendí tres horas de dolor
en tres párrafos amargos
frente mío, mientras leías
tus ojos estaban sangrando.

De nada sirve no verte,
no oirte, si siento desde adentro
tu corazón quebrarse al paso de los versos,
coloqué fantasmas de él en tus recuerdos.

Una fila innumerable de verdades
Palpando la desnudes de mis dolores,
pero dime tú qué querías con tal cosa
¿Mantener un mal recuerdo en tu memoria?

Vendí un mal recuerdo
lo cambié por un pan rancio
regalé mis verdades, amargas como el vino
y así me recibiste, con una historia.
Estoy más que agradecida.